El síndrome metabólico es un conjunto de alteraciones metabólicas caracterizado por la presencia de resistencia a la insulina e hiperinsulinismo compensador asociados con trastornos del metabolismo de los carbohidratos y lípidos, cifras elevadas de presión arterial, y obesidad, entre otros factores (Artola et al., 2009).

Constituye un conjunto de factores de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades cardiovasculares y también diabetes. Actualmente tiene una prevalencia de entre el 15 y el 25% de la población general en los países occidentales.

Causas del síndrome metabólico

Las causas del síndrome metabólico todavía albergan incógnitas. Principalmente aparece en personas con predisposición genética al sobrepeso o el sedentarismo.  

Sin embargo, no son las únicas causas, ya que existen una serie de factores de riesgo que pueden inducir a este síndrome.

Criterios para el diagnóstico

Resistencia a la insulina

La resistencia a la insulina se produce cuando las células no responden correctamente a la insulina y la glucosa no puede ingresar con tanta facilidad. Como resultado, los niveles de glucemia aumentan incluso cuando el cuerpo produce más insulina para intentar disminuirla.

Presión arterial

Actualmente existe una amplia evidencia de la asociación lineal entre el aumento de la presión arterial con el cardiovascular. Además, la resistencia a la insulina ha sido relacionada también con el aumento de la presión arterial, por lo que ambos factores irían de la mano, según Pineda (2008).

Obesidad

La obesidad se puede definir como un aumento en el porcentaje de grasa corporal total, por encima de un valor estándar, que refleja un incremento en el número y/o tamaño de los adipocitos. Esta situación es, por lo general, producto de un desequilibrio entre las calorías que se ingieren y las que se gastan. Existen numerosas investigaciones que asocian la obesidad central o superior al riesgo cardiovascular y metabólico, por su alta relación con grasa perivisceral. La grasa intra-abdominal o visceral también es un factor de riesgo del síndrome metabólico.

Dislipidemia

La dislipidemia es otra de las características asociadas al síndrome metabólico que se incluye en todos los planteamientos realizados hasta el momento. Se considera dislipidemia una concentración elevada de lípidos en sangre (fundamentalmente colesterol y triglicéridos).

Trombogénesis

El síndrome metabólico se asocia con un estado protrombótico o de hipercoagulabilidad, es decir, una situación en la que existe la posibilidad de desencadenar, mediante la acción de diversos factores, la formación de un coágulo.

Inflamación y ateroesclerosis

Se sabe que el síndrome metabólico es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y, por tanto, para la aterosclerosis. La aterosclerosis es un proceso que se asocia con marcadores inflamatorios en el que la placa de ateroma se acumula en el interior de las arterias, pudiendo llegar incluso a obstruirlas.

Ácido úrico

La insulina disminuye la producción de ácido úrico y aumenta su depuración renal. Por lo tanto, asociado al síndrome metabólico se encuentra la hiperuricemia o el exceso de ácido úrico en la sangre, en general por encima de 6,4 mg/dl.

Sedentarismo

El sedentarismo es un favorecedor de la aparición de otros factores como la obesidad.  Así como está comprobado que un mejor desempeño cardiovascular es un factor protector contra el síndrome metabólico.

Edad

Está claro que la incidencia del síndrome metabólico aumenta con la edad, al igual que el riesgo cardiovascular. Este hecho se puede deber a un efecto acumulativo de los factores etiológicos o un proceso propio del envejecimiento. Pero es importante destacar la presencia creciente de síndrome metabólico en adolescentes y adultos jóvenes.

Cómo evaluar el síndrome metabólico

Para considerar la existencia de síndrome metabólico se evalúan los antecedentes de la persona junto con un examen físico. Hay diferentes estrategias para valorarlo pero, siguiendo los criterios diagnósticos unificados, deben valorarse los siguientes aspectos:

• Comprobación del perímetro abdominal: debe realizarse con el paciente en posición de pie al final de una espiración normal, con los brazos relajados a cada lado. La medida debe tomarse a la altura de la línea media axilar.
• Determinación de glucemia en ayunas. Se realiza con un ayuno previo de 8 horas y a primera hora de la mañana.
• Determinación de triglicéridos y de colesterol HDL: también debe realizarse con por lo menos 8 horas previas de ayuno y en las primeras horas de la mañana.
• Medición de la presión arterial: debe realizarse cuando la persona esté descansada y tranquila. No debe tomarse después del ejercicio o con episodios de estrés.

Cómo tratar el síndrome metabólico: la importancia del ejercicio físico

El mejor tratamiento del síndrome metabólico se basa en la prevención, control de factores de riesgo y cambios en el estilo de vida como la introducción de actividad física frecuente.

Para prevenir su aparición, así como para aliviar sus síntomas, se recomienda seguir los siguientes consejos:

• Dieta de tipo mediterráneo basada en el consumo de vegetales y baja en azúcares.
• Ejercicio físico regular. El ejercicio físico mejora todos los componentes del síndrome metabólico y, además, contribuye a la pérdida de peso. Una combinación entre ejercicio aeróbico moderado y ejercicios de fuerza es la clave para mantenerse saludable.
• Eliminar el hábito de fumar. El tabaco ha sido asociado en numerosas investigaciones con el desarrollo de síndrome metabólico, por lo que se desaconseja totalmente su consumo.

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